Descripción Penalva do Castelo

Es la sede de un municipio con 134.34 km² de área y 7 956 habitantes (2011), subdividido en 11 parroquias. El municipio está limitado al norte por el municipio de Sátão, al noreste por Aguiar da Beira, al este por Fornos de Algodres, al sur por Mangualde y al oeste por Viseu.

Penalva do Castelo es un pueblo portugués en el distrito de Viseu, ubicado en la provincia de Beira Alta, región Centro (región de Beiras) y subregión Viseu Dão-Lafões, con aproximadamente 2 000 habitantes.

Es la sede de un municipio con 134.34 km² en área [1] y 7 956 habitantes (2011), [2] [3] subdividido en 11 parroquias. [4] El municipio está limitado al norte por el municipio de Sátão, al noreste por Aguiar da Beira, al este por Fornos de Algodres, al sur por Mangualde y al oeste por Viseu.

Penalva do Castelo, habitada desde tiempos inmemoriales, existe como municipio, al menos desde el siglo XIII. Hay rastros difundidos por las parroquias que atestiguan el asentamiento remoto de las Tierras de Penalva, como: Tapir do Penedo do Com, Castro da Paramuna, Monasterio del Santo Sepulcro, puente y caminos romanos y varias tumbas antropomórficas.

La iglesia de Misericórdia y Casa da Ínsua son dos ex libris del municipio. También hay otras mansiones y mansiones de innegable interés histórico y arquitectónico.

La sede del condado - "Castendo" (topónimo derivado de Castenetum - alusivo a la castaña) - cambió su nombre a Penalva do Castelo en 1957.

El municipio se caracteriza por ser un territorio formado por tierras de regadío fértiles, gracias a los ríos Dão, Coja, Ludares y Carapito y los abundantes arroyos que lo surcan: especialmente en las laderas del norte del río Dão, hay generosos viñedos y huertos; hacia el sur predominan los pastos que permiten la producción de queso de excelente calidad. El pino marítimo se destaca entre las especies que cubren las áreas forestales del municipio. La naturaleza es lujosa y ofrece paisajes impresionantes y rincones deseables.

El vino Dão, el queso Serra y la manzana Bravo de Esmolfe son la "trilogía de excelencia" de los productos endógenos. Son un valor agregado para el sustento de muchas familias y un activo para apalancar la economía local.

La gastronomía es rica y variada y hace del municipio un destino único para degustar sabores genuinos y tradicionales en ambientes cálidos y acogedores.