Situado en el extremo noroeste del país, el Alto Minho, Melgaço es un pueblo precioso y es la sede del condado al norte de Portugal. Se encuentra inserta en una región bastante montañosa y está bañada por el río Miño, que desde temprana ha moldeado el estilo de vida de las poblaciones, que con él tienen una estrecha conexión.
El pequeño y tranquilo pueblo de Melgaço creció alrededor de una fortaleza construida por el rey Afonso Henriques, primer rey de Portugal (1139-1185).
El castillo, ahora monumento nacional, tiene una imponente torre de menaje y domina el laberinto de viejas calles y travesías que se entrecruzan en el interior de las murallas.
La ocupación humana de la región es muy antigua, encontrándose diversos monumentos megalíticos por el municipio, cuyo ejemplo más significativo se encuentra en Castro Laboreiro, donde se descubrieron marcas de los pueblos primitivos que aquí habitaron durante diferentes épocas.
El municipio está limitado a Norte y Este por España al suroeste por el Municipio de Arcos de Valdevez y el Oeste por Monção
El pueblo en su mayoría tiene una fuerte conexión a los productos locales y de ahí quita su subsistencia, siendo de destacar el Vino Verde "Alvarinho" pertenecientes a la región. De la artesanía, se destaca el tejido en Lino, el tejido en Lana (mantas y alfombras), los productos agrícolas y los cañones constituyen algunos de los artículos que forman parte de la historia secular del municipio.
Los bordados en paños, toallas, corredores son diversificados y confeccionados sobre lino antiguo y los motivos que aplica, en el mismo tono o coloridos, representan motivos reales-coronas y de cariz popular.
Se destacan, los afamados trajes típicos de este municipio, uno de ellos, viste la figura tradicional femenina de la aldea serrana de Castro Laboreiro- la Castreja -, simbolizando, en sus vestiduras negras, el luto, la nostalgia, el respeto, y que aún hoy es usado.
Otra característica es el traje "Inês Negra", figura legendaria e histórica de Melgaço, que dio nombre a los nombres de lugar de la antigua villa y con coraje tomó la fortaleza de Melgaço los castellanos, luchando con el traidor a la patria portuguesa, conocida por "arrenegada".